Obra realizada de manera colaborativa por Lucila Beaudoin y Eduardo Dubor.
MEMORIA DESCRIPTIVA
2 Piezas de cerámica bizcochadas y esmaltadas. Una de 14.5 diámetro x 9 cm de alto y otra de 12cm de diámetro y 9.5cm de alto. Una dentro de la otra.
13 impresiones realizadas en proceso químico sobre papel fotográfico superficie mate (6 de 16×14 cm, 6 de 11.4 x 10.2 cm y 1 de 20.3x19cm)
Video proyectado en Tablet (…)
Texto año 2022
MEMORIA CONCEPTUAL
Este proyecto es una instalación interdisciplinaria, en el cual dialogan las disciplinas de cerámica, literatura, fotografía y audiovisual, formo parte de una muestra colectiva, realizada por más de 20 artistas en situación de pandemia, la misma fue creada bajo la temática: el horizonte y la cueva.
Tiene por objetivo profundizar el proceso de percepción del espectador, llevándolo a un espacio de interrogación apelando a los momentos en los que permanecíamos en nuestras cuevas, con nuestras sombras al hombro, que suponen una mirada colectiva de la incertidumbre, puesta en movimiento; proyección constante de las sombras en un hueco, por momentos lleno, por momentos vacío, atravesado de nuestros propios pensamientos.
La cueva, el encierro, la indistinción del horizonte nos atrapa en ese adentro personal, nos vincula con nuestros propios mundos y esta instalación pone en juego algunas reflexiones… ¿Que habita en mi mundo? ¿Qué sombras oculto? ¿Qué misterios me perturban? ¿Qué formas toman mis propias sombras?
Una interpretación sobre un tiempo que nos interpelo como humanidad y que es registro de nuestras identidades.
Según Carl Jung, la sombra es el lado oscuro del yo.
Intangible, borrosa, supone en cada cultura un devenir de principios relacionados con emociones oscuras, nocivas, imprudentes, vergonzosas…
¿Quién puede hacer de su sombra un estandarte, un espacio habitado, donde se juegue la belleza y la aceptación en un completar el ser como dualidad constructora, regente de nuestras decisiones y actos?
Manipulados desde nuestra conciencia construida sobre estructuras que cimientan la oscuridad como mala y fea opuesta a la claridad como bella y buena, nos encontramos navegando en este sin fin de caminos, intentando no mostrar, no ser, no tener, no habitar en nuestra sombra, desechándola, escondiéndola, sin comprender lo que ella proyecta en la claridad… cual registro de existencia por efecto.
Divorciada de la luz pero indispensable en su dual existencia, la incerteza, la no claridad, relegada, crece y se eclipsa en el abandono.
¿Podrá la sombra ser suprimida en sus efectos de belleza?
Junichiro Tanizaki en “El elogio de la sombra” dice
“La belleza pierde su existencia si se le suprimen los efectos de la sombra, al contrario de los occidentales que se esfuerzan por eliminar radicalmente todo lo que sea suciedad, los extremo orientales la conservan valiosamente y tal cual, para convertirla en un ingrediente de lo bello (…) Como una piedra fosforescente, colocada en la oscuridad, emite una irradiación y expuesta a plena luz pierde toda su fascinación de joya preciosa, de igual manera la belleza pierde su existencia si se le suprimen los efectos de la sombra”.